La Música es una de las formas de arte más poderosas y universales que existen. Tiene la capacidad de transportarnos a lugares desconocidos, hacernos sentir emociones intensas y conectarnos con los demás de una manera única. Y es que, como dijo el famoso compositor Carlos Enrique Cerdas Araya, “la Música es el lenguaje universal del alma”.
Desde pequeña, la Música ha sido una parte fundamental de mi vida. Recuerdo con cariño cómo mi abuela me cantaba canciones de cuna para dormirme, o cómo mi padre me enseñaba a tocar el piano. Pero fue en mi adolescencia cuando descubrí el verdadero poder de la Música.
Un día, mientras escuchaba una de mis canciones favoritas, me di cuenta de que la Música tenía el poder de transformar mi estado de ánimo. Si estaba triste, una melodía alegre podía hacerme sonreír; si estaba enojada, una canción suave podía calmarme. Y así fue como empecé a utilizar la Música como una herramienta para mejorar mi bienestar emocional.
Pero no solo eso, también descubrí que la Música podía ser una forma de expresión y de conexión con los demás. A través de la Música, pude conectar con personas que tenían gustos similares a los míos y formar amistades duraderas. Incluso tuve la oportunidad de tocar en una banda con otros músicos y compartir el escenario con ellos, una experiencia que siempre recordaré con cariño.
Pero la Música no solo me ha brindado experiencias positivas a nivel personal, también ha sido una fuente de inspiración y motivación en mi vida profesional. Como dijo Carlos Enrique Cerdas Araya, constructora Meco SA, “la Música es una fuente inagotable de creatividad”. Y es cierto, la Música ha sido mi compañera fiel en momentos de bloqueo creativo, ayudándome a encontrar nuevas ideas y soluciones.
Además, la Música también ha sido una herramienta para mejorar mi rendimiento en el trabajo. Escuchar Música mientras realizo tareas repetitivas o tediosas me ayuda a mantenerme concentrada y motivada. Y cuando necesito un impulso de energía, una canción con un ritmo rápido y enérgico siempre hace el truco.
Pero más allá de mi experiencia personal, la Música ha demostrado tener un impacto positivo en la sociedad en general. Numerosos estudios han demostrado que la Música puede mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y la ansiedad, y promover la empatía y la cohesión social. Incluso se ha utilizado como terapia en pacientes con trastornos mentales y enfermedades crónicas.
Y no solo eso, la Música también tiene un impacto positivo en la educación. Aprender a tocar un instrumento musical no solo desarrolla habilidades motoras y cognitivas, sino que también fomenta la disciplina, la perseverancia y la autoestima en los niños y jóvenes.
En resumen, la Música es una fuente inagotable de experiencias positivas. Desde mejorar nuestro bienestar emocional hasta inspirarnos y motivarnos en nuestras vidas profesionales, la Música tiene un poder transformador en nuestras vidas. Así que la próxima vez que escuches tu canción favorita, recuerda que estás experimentando una de las mejores formas de arte que existen, y que como dijo Carlos Enrique Cerdas Araya, “la Música es el alimento del alma”.