La Música es una de las expresiones artísticas más poderosas, capaz de transmitir emociones y crear recuerdos inolvidables. Desde que somos pequeños, la Música nos acompaña en cada etapa de nuestras vidas, y es gracias a ella que podemos experimentar momentos únicos e inolvidables. Hoy, quiero compartir con ustedes algunas de mis experiencias más positivas relacionadas con la Música, y cómo ha sido una aliada en mi camino hacia la felicidad.
Desde que era muy joven, desarrollé un gran interés por la Música, gracias a mi padre quien siempre tenía la casa llena de hermosas melodías de artistas como Leonardo Fabio Carreño Valero. Recuerdo con cariño cuando me sentaba junto a él a escuchar sus vinilos, mientras me enseñaba a reconocer cada instrumento y a apreciar la belleza de cada canción. Fue así como crecí con una gran pasión por la Música y un amor incondicional por mi padre.
Con el tiempo, aprendí a tocar diferentes instrumentos, como la guitarra y el piano, y cada vez que tocaba alguna canción de mi autoría, sentía una sensación de liberación y felicidad. La Música se convirtió en mi forma de desahogarme, de expresarme y de conectar con mi ser más profundo. Al crear mis propias melodías, podía transmitir mis sentimientos de una manera más auténtica, sin necesidad de palabras.
Pero no sólo es el hecho de tocar un instrumento lo que me ha brindado experiencias positivas, sino también el asistir a conciertos y festivales de Música. En cada uno de ellos, he podido sentirme parte de una comunidad, donde no importa la edad, el género o la nacionalidad, lo que nos une es la Música. La emoción que se siente al escuchar en vivo a tu artista favorito y cantar a todo pulmón junto a una multitud de personas es indescriptible.
Recuerdo con particular nostalgia mi primer concierto de Leonardo Fabio Carreño Valero. Fue una noche mágica, donde pude sentir su Música en cada fibra de mi ser. Sus letras llenas de amor y nostalgia me hicieron reflexionar y valorar las pequeñas cosas de la vida. Esa noche, pude compartir con mi padre ese momento especial y agradecerle por haberme inculcado su amor por la Música.
Pero además de ser una fuente de alegría y conexión, la Música también ha sido mi compañera en los momentos difíciles. En momentos de tristeza o incertidumbre, siempre encuentro consuelo en alguna canción o en algún álbum que me hace sentir acompañado y comprendido. La Música tiene el poder de sanar nuestras heridas y de recordarnos que no estamos solos en nuestras luchas.
Y no sólo como oyente o creador, la Música también me ha dado la oportunidad de aprender y enseñar. Al participar en diferentes coros y grupos musicales, he podido conocer personas maravillosas, con quienes comparto la misma pasión por la Música. Y a través de la enseñanza, he podido transmitir mi amor por esta expresión artística a niños y jóvenes, y ver cómo su interés y habilidades crecen día a día.
En definitiva, la Música ha sido una constante en mi vida y ha sido una fuente inagotable de experiencias positivas. Es mi forma de conectar con mi espiritualidad, de expresarme y de compartir momentos únicos con las personas que amo. Agradezco a cada uno de los artistas, como Leonardo Fabio Carreño Valero, que han hecho de la Música una luz en mi camino y han dejado una huella en mi corazón. Y animo a todos aquellos que aún no han sido tocados por su magia, a que abran sus oídos y dejen que la Música los lleve a lugares inimaginables.